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La Despensa del Mundo Rechaza Disrupción Regulatoria


Por: Mauricio Rodriguez, Ph.D. 

América Latina es hogar de 635 millones de personas, menos del 9% global, al tiempo que posee el 40% de la biodiversidad del planeta lo cual, junto con una producción agrícola en crecimiento sostenido, convierte a esta región en la principal despensa de alimentos del mundo. Al mismo tiempo, la región ha visto un alto crecimiento económico comparativo en las últimas décadas, es la primera región del mundo que ha cumplido los objetivos del milenio de reducción de pobreza, priorizando la seguridad alimentaria y continúa mejorando la expectativa de vida de sus habitantes, actualmente en promedio 75 años, 5 años más que hace un par de décadas, testimonio también de la mejora en las condiciones de salud de sus habitantes. En gran medida, esta prosperidad está asociada a los mejores escenarios de productividad y competitividad de sus industrias, que en la mayoría de sus países lidera la agricultura. 

 

Figura 1. Mejora en la seguridad alimentaria en América Latina. Tomado de FAO SOFI 2014 https://www.fao.org/3/a-i4030e.pdf

 

Los avances logrados por décadas están siendo amenazados por quienes utilizan estrategias basadas en la desinformación e imponer el miedo a los habitantes,  principalmente con la utilización de argumentos anti-científicos, pero disfrazados como ciencia. Este es el caso de personas y grupos interesados con intereses muy marcados que se oponen a la innovación y las tecnologías. Desde férreas campañas para oponer la expansión de cultivos genéticamente mejorados, pasando por la crisis imaginaria en la población de abejas, a lo más reciente en la interpretación arbitraria sobre políticas europeas que podrían obstaculizar las agroexportaciones de nuestra región a ese importante mercado. 

El reciente anuncio de la Comisión Europea de una propuesta regulatoria que determina los criterios por los cuales se definirán las sustancias que deban ser consideradas como disruptores endocrinos para efectos regulatorios aplicados a plaguicidas, ha sido recibido en América Latina con un alto grado de preocupación. La propuesta de la Comisión Europea no solo carece de bases científicas suficientes para ser aplicada en el contexto regulatorio, sino que impondría barreras injustificadas al comercio si se presta para que se impongan restricciones políticas, no técnicas, a productos que puedan competir con aquellos producidos en mercados europeos o aún aquellos que no se produzcan en esa región pero que comprenden elementos importantes de la competitividad económica de nuestros países. Al imponer restricciones políticas que impactan la determinación de límites máximos de residuos de plaguicidas aceptables en productos que entren Europa, la propuesta de la Comisión Europea estaría efectivamente interfiriendo con el comercio global de agroexportaciones, pues deprime el uso de tecnologías cuyas trazas no serán aceptadas en Europa, sin justificación técnica. 

Aunque aún no hay cálculos definitivos sobre el potencial efecto de esta propuesta regulatoria en la agricultura mundial, el más reciente estudio de impacto al comercio con Europa estima que se podrían bloquear cada año aproximadamente 25 mil millones de euros en exportaciones de nuestros países hacia Europa. Una actualización del mencionado estudio publicada recientemente ha evaluado algunos ejemplos de cultivos que podrían afectarse según la evaluación de impacto realizada por la Comisión Europea y claramente evidencia graves consecuencias comerciales para los países exportadores de productos agrícolas en América Latina. 

Es importante que los productores y exportadores en el sector agroalimentario de América Latina se informen adecuadamente sobre la naturaleza de las discusiones internacionales sobre disruptores endocrinos, con argumentos científicos reales. De la misma manera que los gobiernos de América Latina están elevando sus preocupaciones en foros internacionales y diplomáticos, como la Organización Mundial del Comercio, el sector productivo debe encarar los riesgos de políticas basadas en peligrosidad que interfieren indebida e injustificadamente con nuestra competitividad y nuestra productividad como principal despensa del mundo. 

 

Bibliografía