El futuro de la agricultura está en nuestras manos
Que el Día Mundial de la Agricultura, sea una oportunidad para reflexionar acerca de la responsabilidad que tenemos como agricultores y consumidores con la seguridad alimentaria. Hoy, en nuestras manos está la posibilidad de enfrentar los retos que supone la alimentación de la población actual y la que tendremos en 2050 con más de 9.000 millones de bocas que alimentar.
La agricultura es una actividad milenaria que ha enfrentado retos a lo largo de la historia y se ha transformado. No solo se ha aumentado la población, factor que requiere mayor producción de alimentos, se ha incrementado la presión del cambio climático, las plagas y cada vez se reducen más los recursos naturales no renovables. Estos datos suenan poco alentadores para un panorama futuro que exige más desafíos.
La clave es prepararnos desde ahora para adoptar y comprender los desarrollos innovadores que la ciencia y la tecnología ponen a nuestra disposición. Anteriormente, la principal preocupación eran las plagas, hoy en día debemos además tener control sobre los factores climáticos, la nutrición de los cultivos y la inocuidad de los alimentos. Así que hemos pasado de contar con insumos agrícolas o dispositivos, a tener información electrónica y de tecnología de comunicación para hacer de la agricultura una actividad más precisa.
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Un componente determinante que demanda la creación de nuevas herramientas es el cambio climático. La frecuencia de los fenómenos extremos en los agroecosistemas ha afectado económicamente la agricultura y la seguridad alimentaria. No solo se disminuye la producción, también genera pérdidas en los cultivos. En cifras y según los datos entregados por el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), entre 2005 y 2015 se registraron pérdidas agrícolas por desastres naturales, que equivalen a 29,000 millones de dólares.
Sin embargo, ya hay algunas soluciones en camino que permitirán hacer frente al cambio climático. Actualmente, se realizan investigaciones para sacar al mercado semillas biotecnológicas resistentes a sequías en cultivos como caña de azúcar, maíz o soya. Además, con el fin de mitigar los climas extremos, se están desarrollando variedades resistentes al calor en productos como trigo, maíz y arroz.
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Por otro lado, la competitividad en los mercados internacionales exige a los agricultores tener control total sobre sus cultivos y la calidad de los productos. El uso de herramientas y aplicativos móviles que utilizan posicionamiento geográfico global, robotización y el big data se hacen indispensables para tener un manejo más eficiente de recursos como insumos agrícolas y mayor precisión.
Dicha competitividad también ha puesto sobre la mesa el tema de la inocuidad de los alimentos. Hoy más que nunca, el llamado a los agricultores está enfocado a hacer un buen uso de las tecnologías. La capacitación constante y la implementación de Buenas Prácticas Agrícolas garantizan que se produzcan frutas y verduras más seguras, nutritivas y sanas.
De acuerdo con José Perdomo, presidente de CropLife Latin America, las buenas prácticas agrícolas son la principal herramienta para la mitigación del riesgo y nuestra industria hace cada vez mayores esfuerzos para entrenar y educar tanto trabajadores del agro, como personal de la salud y el público en general acerca del uso responsable de las tecnologías de producción y el manejo seguro de los alimentos.
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Es un hecho que la agricultura seguirá transformandose para enfrentar los desafíos que supone producir alimentos. Pero, está en nuestras manos como agricultores o consumidores hacer de esta una actividad sostenible. Implementar Buenas Prácticas Agrícolas, adoptar tecnologías y hacer uso responsable de ellas y no desperdiciar alimentos.
Desafíos en la agricultura