Avanzar hacia una agricultura más sostenible es una responsabilidad compartida entre todos los actores de cadena agrícola, asegura Gustavo Vasques, nuevo presidente de la Junta Directiva de CropLife Latin America y presidente para América Latina en Sumitomo Chemical.
Junio de 2017.
¿Cuál es el impacto que tiene el cambio climático en la agricultura y la producción de alimentos?
El cambio climático exige hablar de adaptación de la agricultura. El clima adverso ha disminuido la productividad, se registran pérdidas de cultivos por sequías o inundaciones, que han potenciado la aparición de nuevas plagas y enfermedades. Esto se puede traducir fácilmente en aumento en los precios de los alimentos.
¿Además del cambio climático, qué desafíos enfrenta la agricultura de América Latina?
De acuerdo con las proyecciones poblacionales, en 2050 seremos más de nueve mil millones de personas, lo cual exige un aumento del 50% en la producción de alimentos, de los cuales la mayoría debe provenir de la agricultura. Debemos producir adaptándonos al cambio climático y con menos recursos naturales. Hay pocas tierras arables, los suelos están degradados y la agricultura debe disminuir el consumo de agua, que hoy es del 70% del agua disponible. Podremos asumir todos estos desafíos con el desarrollo de nuevas tecnologías y herramientas que nos permitan avanzar hacia una agricultura más sostenible.
¿Qué nueva tecnología está utilizando la agricultura para avanzar hacia la sustentabilidad?
Detrás de cada cosecha hay conocimiento, ciencia y regulación. El público general solo relaciona las tecnologías del campo con maquinaria; sin embargo, las agro-tecnologías hoy pasan por sensores, estaciones meteorológicas, drones, semillas, fertilizantes y mucha innovación en fitosanitarios o plaguicidas, para controlar las plagas, malezas y enfermedades. Nosotros como industria de la ciencia de los cultivos invertimos más de 7.3 billones de dólares anuales en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías de protección de cultivos y biotecnología. El desarrollo e investigación de nuevas moléculas se traduce en productos que sean más eficaces, con blancos biológicos específicos, de rápida degradación y más seguros para los trabajadores.
¿El aumento de la producción agrícola no tendría un impacto negativo en el medio ambiente?
Los agricultores lo están haciendo bien, es necesario acompañarlos para seguir trabajando por una agricultura sostenible fundamentada en las buenas prácticas agrícolas y en la adopción de tecnologías que les permitan producir mayores cosechas y mejorar la calidad de los alimentos sin aumentar la frontera agrícola, ni comprometer la conservación de los recursos naturales. Nosotros capacitamos no sólo al agricultor, sino a los distintos roles que conforman la cadena agrícola. Con los programas CuidAgro y CampoLimpio, que son ejecutados por nuestra red de asociaciones afiliadas en 18 países de América Latina, promovemos el uso responsable de los productos, las Buenas Prácticas Agrícolas y el Manejo Integrado de Plagas, MIP.
¿Qué resultados han obtenido con estos dos programas?
En año pasado la inversión en estas capacitaciones ascendió a más de 22 millones de dólares solo en América Latina. Logramos recuperar 61.651 toneladas de envases vacíos y capacitar a más de 200 mil personas, entre agricultores y aplicadores. Además, con una plataforma de cuatro cursos virtuales, hemos logrado que más de 11.000 personas se capaciten en los últimos 5 años.
¿Cómo avanzar con más decisión hacia una agricultura más amigable con el ambiente?
Las claves están en las Buenas Prácticas Agrícolas, la utilización eficiente de los insumos y agro tecnologías, mayor fiscalización contra el comercio ilegal, que incluye los productos falsificados y adulterados –que son riesgosos para la salud y el ambiente- y el compromiso decidido de la cadena agrícola con la sostenibilidad. Esto involucra al fabricante, al distribuidor, al vendedor, a las autoridades de todos los niveles, y obviamente a los agricultores de todas las escalas de producción.
Avanzar hacia una agricultura más sostenible es una responsabilidad compartida entre todos los actores de cadena agrícola.